lunes, 20 de septiembre de 2010

Un pequeño gran acto

Ernesto

Dicen que en los momentos difíciles se conoce de que están hechas las personas.

No se si se aplicara en todos los casos, pero conozco uno que le queda a la perfeccion.

Ayer que la barbarie vestida de uniforme arremetió contra la humanidad de hombres, mujeres, niños y niñas en la Plaza Central de San Pedro Sula, la mayoría de los presentes corrian para salvar sus vidas, huyendo de los gases toxicos y los toletazos; buscando ponerse a salvo de los perros de la oligarquía que hundian sus hocicos en los cuerpos indefensos de la Patria.

Como es sabido, las bestias destruyeron todo a su paso como si fueran una plaga. Personas, instrumentos musicales, estatuas, tarima, banderas, en fin todo lo que fuera fruto del talento y la inteligencia, pues para eso fueron amaestrados.

En medio del alboroto, sin embargo, hubo actos de verdadero heroísmo. Actos que enorgullecen a la especie humana.

Alguien dijo “¡salvemos a los niños!”, cuya fragilidad los hace aun mas vulnerables a los zarpazos de los trogloditas. Y varios siguieron su llamado.

Uno de ellos fue mi amigo Ernesto Bardales. Viendo que un niño se asfixiaba con los gases corrió a socorrerlo, esperando ponerlo a salvo.

Pero eso fue suficiente motivo para que los salvajes la emprendieran contra el y contra el niño a golpes y toletazos. Del menor no sabemos que paso, pero si sabemos lo que le paso a su protector.

Las bestias lo molieron a golpes, en la cabeza, el rostro, las piernas, el cuerpo en general, para hacerle pagar su osadía de proteger a un pequeño “resistente”; y lo llevaron a rastras junto a otras decenas de compañeros y compañeras a su guarida.

Tan mal lo dejaron que tuvieron temor que empeorara en la mazmorra y tuvieran que dar cuenta de otro muerto. Por suerte salió libre y hoy se recupera en su hogar.

Pero su ejemplo ha quedado en mi memoria.

Para quienes no lo conocen, Ernesto Bardales es uno de los profesionales de las ciencias sociales mas estudioso y experto en la problemática de la Juventud hondureña, en especial de los jóvenes miembros de pandillas. Es un referente obligado para quien quiera saber algo sobre ellos.

Mas aun, es un hombre que ha dedicado su vida a salvar muchos de estos jóvenes en la época mas dura de la “Cero Tolerancia”, para que tuvieran la oportunidad de cambiar sus vidas. Gracias a su tenacidad y compromiso, logro salvar la vida a muchos de ellos, muchos de los cuales hoy son jóvenes ejemplares, ciudadanos completos, tan comprometidos y comprometidas como el.

Pues ese compromiso y ese amor a la niñez y a la juventud que lo caracterizan en lo profesional, quedo evidenciado este 15 de septiembre, en ese pequeño gran acto, que lo retrata como un hombre consecuente con sus convicciones.

Eso me hace sentir orgulloso, muy orgulloso de tenerlo entre mis amigos mas preciados.
Ese es el tipo de hombre y de mujer que habra de construir la Nueva Patria.
Gracias Ernesto por darnos ese ejemplo de humanidad y de consecuencia en un mundo que tanto lo necesita.
Tu Siempre Amigo.
TOMAS ANDINO

Fuente: voselsoberano.com

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