lunes, 18 de octubre de 2010

La dialéctica eje vertebral del cambio

Galel Cárdenas

“Creer en la juventud es ver en ellos la generación del mañana, una generación mejor que nuestra propia generación, una generación con muchas más virtudes y muchos menos defectos que las virtudes y los defectos de nuestra generación”
Fidel Castro
Discurso pronunciado en la clausura del
Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes,
Stadium Latinoamericano, 4 de abril de 1962.

No se puede abordar el tema de la juventud,  ya sea en sentido general o en un contexto especial, si antes no se repasan  brevemente algunos puntos de la dialéctica que nos permita entender el tránsito que significa la juventud y su rol histórico  en una realidad social determinada.
Juventud y sociedad son dos temas fundamentales para entender el decurso de la historia, los caracteres de la realidad y los retos que cada generación va planteando y solucionando de acuerdo con su propia visión de mundo.
Un elemento primordial para la comprensión de la sociedad y la naturaleza es la conciencia de que todo está en movimiento y que nada existe de manera estática. Existen axiomas clásicos que son fundamentales como piedras de arranque, como por ejemplo, asumir que nada permanece donde está, que nada continúa siendo lo que es.
Y he aquí que la asunción de un punto de vista filosófico ante la realidad, el mundo y la sociedad, es imprescindible a fin de no cometer errores que se vuelvan repetitivos a lo largo de la historia de un país.
No es lo mismo el momento de la conquista, al de la colonia, al de la época independiente y  la sociedad actual. Es más la historia nos enseña que en este proceso de cambio, la sociedad mercantil da paso a la sociedad capitalista y la sociedad capitalista a la sociedad socialista.
Tendiendo en cuenta estas premisas, nos podemos ubicar perfectamente en el tema de los cambios dentro de la realidad y de la sociedad, mismos que  están movidos por un motor especial llamado movimiento y que solamente puede ser estudiado por un método de  pensamiento que es el método dialéctico.
Nada puede estar sin movimiento, y el principal motor de este cambio es precisamente la energía que mueve a la tierra para que todos los procesos naturales y sociales estén en perpetuo movimiento.
Todo tiene una causa y todo tiene un efecto, pero antes que nada las causas y los efectos están delineados por unas interconexiones a veces invisibles o a veces completamente visibles. Cuando estas interconexiones entre los fenómenos se producen,  decimos entonces que nos encontramos ante un proceso, o sea ante una continuidad que liga a un fenómeno con otro.
Un ejemplo muy escolar es establecer el paso de la noche al día mediante un fenómeno llamado amanecer, alba, aurora, madrugada. En tales instantes ni existe una total oscuridad ni existe una completa claridad. El paso de la colonia a la independencia en cada país latinoamericano se produjo mediante un proceso de transición en unos más visibles y en otros apenas imperceptibles, y no todos  fueron uniformes, por que el movimiento dialéctico no es uniforme si no poliforme.
Los cambios entonces se producen como un proceso que en realidad es un encadenamiento de procesos. La palabra proceso viene del latín processus que significa acción de ir hacia adelante, o  transcurso del tiempo y también conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial. Esto quiere decir que nada cambia de una sola vez, si no mediante procesos que van acumulando el tránsito de lo viejo a lo nuevo.
Ahora bien, nada puede en ese proceso desarrollarse en línea continua si no mediante un movimiento en espiral, a través de un hecho que se denomina auto dinamismo. Este desarrollo en espiral nos permite observar con claridad el paso de un fenómeno a otro, debido a que nunca los mismos fenómenos se producen de igual manera, o también debido a que los cambios se van produciendo poco a poco separándose del fenómeno inicial, de manera progresiva, hasta que el nuevo hecho social o natural se convierte en un fenómeno distinto completamente.
La distancia que se observa entre el cambio producido y lo que entraba al proceso de cambio, es muy grande en términos de calidad y en términos de cantidad. Pero, lo que ahora habría que explicar es que cada fenómeno está caracterizado por contradicciones internas que le permiten desencadenar una fuerza en la que  sus contradicciones chocan entre sí para presentar al término del fenómeno una nueva faceta de la realidad social o natural.
La vida biológica representa una verdadera contradicción por que el ser biológico nace, crece, se reproduce y muere. Pero la muerte está implícita en la nueva vida naciente, y al mismo tiempo esa muerte produce las condiciones de una nueva vida. Veamos el ejemplo de la planta que nace, se desarrolla, florece, produce frutos que se maduran en el árbol y caen al suelo para producir el nuevo proceso de nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte, todo en un ciclo que es eterno.
Cada cosa contiene en sí misma su contradicción.  En el interior del fenómeno existe una fuerza contraria que lo impele a desarrollarse. En realidad cada cosa se contiene a sí misma y contiene a su contrario. En esta fenomenología existe una fuerza que es antagónica de la fuerza original, produciendo de este modo fuerzas opuestas coexistentes. Así encontramos una afirmación de la cosa en sí y una negación de la cosa misma.
La lucha de contrarios al interior de la cosa es la que determina un movimiento dialéctico interno que se manifiesta a nivel externo del fenómeno.  Marx decía que toda burguesía produce sus propios sepultureros. Así también podemos afirmar que todo gobierno represor produce su propia destrucción que puede suceder tarde o temprano. Una historia de cada una de las dictaduras famosas latinoamericanas nos refleja como desde su propia esencia se desarrolló una fuerza contraria que dio al traste a cada una de ellas en la época en que se desarrollaron.
Si existe una afirmación en la cosa, también existe una negación, la cual produce su propia negación. Esta negación de la negación es lo que produce el cambio dialéctico en la naturaleza y en la sociedad. La afirmación se identifica como tesis, la negación como antítesis y la negación de la negación como síntesis.
Georges Politzer expone el ejemplo siguiente: “El socialismo será la negación del capitalismo; el capitalismo es la negación del feudalismo y el feudalismo fue la negación de la época esclavista.”
En el plano literario, por ejemplo, ante el movimiento romántico, surge el realismo como contradicción de tal corriente estética, entonces la negación del romanticismo es el realismo. Ante el realismo que todo lo ve objetivamente dado, aparece el modernismo como negación de aquella negación, por último surge el vanguardismo que sigue siendo la negación de aquel movimiento comandado por Rubén Darío. Este proceso literario es cabalmente un proceso dialéctico estético.
Tal vez lo importante acá sea la perspectiva de intuir, saber y comprobar que la dialéctica del movimiento es aplicable tanto a la naturaleza como a la sociedad. Ese mismo método de pensamiento nos indica que existe además la lucha de contrarios y que toda cosa es eso precisamente una lucha de antinomias, contrastes, oposiciones, discordancias. Un ejemplo vivo en la naturaleza es la concepción que da origen al embarazo humano. Los miles de espermatozoides luchan denodadamente entre sí  por llegar al óvulo para fertilizarlo y  sólo uno llega a la meta correspondiente, pero en el óvulo ambos se convierten en una unidad para dar inicio a la nueva vida, en este momento se produce la unidad de los contrarios, según la teoría dialéctica.  Las antítesis tienen un valor relativo, y que lo que hoy mantenemos como verdadero que posee un lado falso, y  que lo encontramos oculto hoy, más tarde o más temprano,  lo falso de hoy será verdadero mañana. La historia está plagada de ejemplos.
En el enmascaramiento de la política imperialista y oligárquica hondureña, lo que ayer fue negado como golpe de Estado, y que se manifestaba como sucesión presidencial, los mismos autores del golpe reconocen en este momento que fue verdaderamente un golpe de Estado, y más tarde, después de algún tiempo saldrá todo a la luz, cuando se sepa con detalles impresionantes el plan de separación del poder político nacional.
En esta categoría dialéctica denominada lucha de contrarios encontramos varias formas del fenómeno descrito, por ejemplo sabemos que coexisten los contrarios , ya que no se excluyen entre sí, dado que uno y otro se presuponen y por otro lado existe independientes uno de los otros. Y coexisten porque en la  misma realidad, fenómeno o hecho social y natural cada uno de ellos  se plantea como antagonista y protagonista. En este caso las oposiciones determinan en sí la lucha de los contrarios como expresión de unidad de los antagonismos. Por ejemplo coexisten en la sociedad capitalista los burgueses y los proletarios, los jóvenes y los viejos, los civiles y los militares, explotadores y los explotados.
Esta lucha de oposición es realmente la fuente del desarrollo ya sea natural o social.  La semilla es una forma y la germinación es otra, pero esta germinación nace de la semilla, la germinación crece y desarrolla la planta, luego aparece la florescencia y sus frutos, para luego darle paso a la semilla. Cada una de las fases de las que hablamos son oposiciones de la fase antecesora.
También podemos encontrar lo que se conoce como equilibrio de los contrarios. En la fase del desarrollo social o natural hay un momento en que los  antagonismos, los procesos antagónicos logran ponerse en equilibrio hasta que una de las fuerzas vence a la otra. Nada más que este equilibrio se torna relativo debido a que nada permanece inmóvil, no existe un equilibro permanente.
Así mismo  podemos captar la interacción de contrarios, hay una fuerza que interviene en la  atracción y la repulsión. De este modo, y en otro orden de pensamiento,  podemos afirmar que surge una forma de la interacción de los contrarios  denominada hegemonía que consiste en  una preeminencia de un fenómeno sobre otro, y que a lo largo de las luchas sociales se puede observar cuando se enfrentan las fuerzas antagónicas, en las que una vence a la otra. La historia está plagada de ejemplos ilustrativos.  Ejemplo de Morazán cuando en la época de sus triunfos constituía la fuerza hegemónica militar y civil en Centroamérica, luego, después de su fusilamiento en 1842, las fuerzas conservadoras comandadas por Rafael Carrera y el clero en general, asumen el control del poder político y militar por mucho tiempo hasta que el reformismo regional  de 1880 logra incidir en el Estado para transformarlo de una economía hacendaria en  una economía mercantil y luego capitalista, gracias a las aperturas del Estado a las transnacionales bananeras y mineras de la época, todas de origen norteamericano.
Las contradicciones pueden ser además de  tipo  externo o interno.  Es común en la lucha de clases contra el enemigo común, padecer dentro del movimiento obrero y campesino, luchas internas que inciden en la debilidad de la clase explotada.  Es difícil superar  las contradicciones internas, para solucionar este problema se hace necesaria la presencia de un liderazgo maduro, inteligente y capaz de comprender que el antagonismo de clase es un eje sustancial en la lucha por las grandes metas políticas, y que las contradicciones menores internas deben ser rebasadas mediante una estrategia política adecuada a las circunstancias contextuales en aras de implementar el proyecto fundamental de transformación de la sociedad nacional.
Las contradicciones son factores necesarios para orientar el desarrollo de la lucha clasista en los  movimientos de amplio espectro, de resabios megalómanos e inmadurez doctrinaria. Sólo el liderazgo efectivo y audaz puede en su momento salvar las contradicciones internas de clase para enfrentar la contradicción antagónica mayor correspondiente.
Las contradicciones antagónicas y no antagónicas constituyen el motor de la lucha clasista. Los campesinos, obreros, la pequeña burguesía y demás manifestaciones  de la clase explotada por la burguesía nacional e internacional, se enfrentan cotidianamente en el plano laboral, económico, político y cultural.
La institucionalidad del sistema capitalista neoliberal se estructura dictatorialmente bajo las normas y visión de mundo explotador, apoyándose en el poder mediático para disfrazar sus mentiras en formas de medias verdades o medias mentiras dirigidas a una población que en su mayoría es analfabeta plena o analfabeta funcional. Mediante  estas contradicciones antagónicas la clase dominante trata de maquillar todo su aparato ideológico mediático a fin de neutralizar las voces que denuncian sus artimañas e injusticias institucionales la mayoría de las veces atentatorias contra la dignidad del género humano.
Hay además contradicciones fundamentales y no fundamentales, mismas   que se caracterizan por el ejercicio de un papel determinante y decisivo en el desarrollo de los intereses de las clases en pugna, ante cuyo fenómeno es prioritario descubrir con la certeza necesaria la contradicción esencial.
De acuerdo con los hallazgos pertinentes de las contradicciones fundamentales, y desde la perspectiva del análisis coyuntural clasista, se identifican los problemas y se plantean las políticas adecuadas para organizar el frente ideológico – político  que corresponda.
Así llegamos también a otras categorías del método de pensamiento dialéctico, en este caso nos referimos al proceso del tránsito de la cantidad a la calidad.
Las cosas y los fenómenos en general se distinguen por sus caracteres de cualidad y no por su fenomenología de cantidad. Cada paso o movimiento histórico representa un avance cualitativo, y por lo general en las luchas sociales la cantidad está representada por la acumulación de factores, circunstancias y hechos imputables a la lucha clasista que se protagoniza en determinada sociedad.
Por ejemplo la independencia política centroamericana se logró gracias a la suma de varios movimientos regionales. En 1808 y 1810 en Guatemala, los criollos formaron la Junta de patriotas para deponer al Capitán General  y así declarar la independencia. Muchos independentistas fueron encarcelados. El poeta Simón Pergeño y Villegas  fue encarcelado y enviado al Castillo El Morro en la Habana.
En 1810 se produjo la elección de diputados para las cortes de Cádiz  (Se conoce como Cortes de Cádiz a la Asamblea constituyente inaugurada en San Fernando el 24 de septiembre de 1810 y posteriormente trasladada a Cádiz (Andalucía) hasta 1814 durante la Guerra de la Independencia Española. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) las revueltas populares desembocan en la creación de Juntas Locales y Regionales de Defensa. Estas Juntas tienen como objetivo defenderse de la invasión francesa y llenar el vacío de poder ya que no reconocían la figura de José I. Estaban compuestas por militares, representantes del alto clero, funcionarios y profesores, todos ellos conservadores. En septiembre otorgan la dirección suprema a la Junta Suprema Central. (Wikipedia, Google).
En esta oportunidad el diputado patriota a las cortes de Cádiz  fue Antonio Larrazábal, quien fue instruido por el movimiento independentista para que presentara la propuesta patriótica que consistía en solicitar a las instancias correspondientes lo siguiente: que se evitara el despotismo que oprimía a los pueblos, que se instituyera una Constitución  formal donde se consignaran los derechos de los pueblos a la república, y que se produjesen leyes  para que las Américas poseyeran derechos y libertades ciudadanas tal como se tenían en la península.
En 1811 en El Salvador estalló un movimiento insurgente contra el gobierno de la colonia, cuyo máximo dirigente era Manuel José Arce. Los rebeldes atacaron la sala de armas del ejército y se adueñaron de 3000 fusiles, depusieron al intendente  y realizaron cambios en algunas ciudades. La iglesia a manos del obispo Casauss envió instrucciones a los curas de El Salvador a fin de que predicase en contra de los sublevados y simpatizantes.

En Granada en el mismo año hubo una insurrección que exigía la deposición del gobierno  español.  Inmediatamente el Capitán General Bustamante organizó un ejército compuesto por olanchanos  quienes pusieron sitio a Granada, capturando así a los sublevados y sometiéndolos a medidas coercitivas carcelarias.

En 1812, Tegucigalpa fue protagonista de una insurrección que impidió el nombramiento de las autoridades locales municipales, el pueblo se armó de palos y machetes para impedir que se nombraran europeos en las autoridades del ayuntamiento. Cuestión que fue lograda gracias a la intervención de Fray Francisco Márquez.

En 1813 en Guatemala, grupos de personas se reunían clandestinamente para nombrar las juntas patrióticas  con el propósito de deponer al Capitán General y declarar así la independencia. Los conjurantes fueron capturados y encarcelados y fueron puestos en libertad cinco años más tarde.

En 1814, nuevamente en El Salvador se produce  otra acción insurreccional comandada esta vez por Manuel José Arce y  el fray Nicolás Aguilar, el pueblo nuevamente armado con palos, machetes y algunas armas se enfrentó a la armada colonial.  Fue una dura lucha sin cuartel hasta que fueron vencidos por las tropas reales. Capturaron a los líderes incluyendo a José Manuel Arce, fueron encarcelados por cinco años.

El proceso independentista constituyó una lucha de clases muy arraigada entre los criollos en su papel de burguesía americana naciente  y los españoles que detentaban el poder político militar auxiliado por los criollos conservadores en calidad de  funcionarios públicos.

El clero y su ideología constituyeron una de las herramientas políticas poderosas con las cuales se desinformaba al pueblo, cuyo catolicismo enajenante constituía un verdadero peso negativo en contra del proceso independentista.

El Papa Pío VII y León XII enviaron encíclicas condenatorias contra los patriotas y en ellas se les pedía a los curas tomar acciones pragmáticas de combate  hacia las ideas de independencia y sus protagonistas.

“Hemos creído propio… no perdonar esfuerzo para desarraigar y destruir completamente la cizaña de alboroto y sediciones que el hombre enemigo sembró en esos países”, dice la encíclica del santo Papa Pío VII, 1816.

El otro Papa, León XII, en 1824, calificaba como malvada la propagación de libros y folletos  incendiarios y ordenaba a sus sacerdotes a que defendieran la monarquía en toda su extensión y obra.

Otro factor que se sumó a la cantidad de hechos sociales acumulados desde 1808, fue el proceso histórico de la independencia de México   protagonizada por Iturbide que propuso una constitución monárquica moderada,  el 24 de febrero de 1821 a través del  Plan de Iguala, como una maniobra de los conservadores y seguidores de la Corona.

Otro hecho que se suma a este que hemos descrito, es la invasión de los franceses a España para deponer la monarquía e implementar otra. Eso produjo un profundo movimiento popular español en derredor de la defensa de su soberanía quienes debieron proceder a formar juntas patrióticas y llamar a las Cortes de Cádiz para defender su soberanía.

El 24 de septiembre de 1810 se instaló en San Fernando, la Asamblea Constituyente conocida como Cortes de Cádiz, misma que posteriormente pasaría a Andalucía en 1814.

Durante el proceso de  la Guerra de la Independencia (1808-1814) el pueblo mediante revueltas populares  desembocó el establecimiento  de Juntas Locales y Regionales de Defensa ante el invasor francés, comandado por Napoleón. Eran juntas constituidas por funcionarios, representantes del clero y profesores conservadores. En septiembre otorgan la dirección suprema a la Junta Suprema Central.
En estas juntas  se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía Nacional, la división de poderes, la igualdad y la legalidad o la libertad de imprenta. Estas acciones provocarían  las bases del Estado Democrático y de Derecho, pondría fin al antiguo régimen absolutista.
Estas disposiciones jurídicas y constitucionalistas  sirvieron como modelo y base de numerosas Constituciones europeas posteriores. A estas cortes los americanos enviaron sus propios representantes.
Además como hecho más cercano a los deseos de independencia de Centroamérica, la provincia de Chiapas ya había declarado su independencia. Las autoridades monárquicas guatemaltecas temiendo una revuelta de proporciones mayores, convocaron a una Junta General, en las que participaron diputados provinciales, miembros del ayuntamiento, representantes de las organizaciones civiles, la iglesia y las autoridades militares. Toda la estructura colonialista española hizo lo mismo en varios países del continente, convocó a juntas manipuladas, antes que la insurrección con su ejército organizado ganara la guerra militar como sucedió en América del Sur bajo el mando del libertador Simón Bolívar. Así que hubo un gran revuelo el 15 de septiembre en las afueras del Palacio de los Capitanes, todo ello  después de haber concluido que la independencia se declaraba en contra de España y de México, por eso hubo gritos populares, y estallido de cohetes. En el ayuntamiento se encontraban los hombres más destacados de la nueva patria centroamericana, tanto conservadores como independentistas.
Conclusión de este fragmento de historia es aproximadamente lo  siguiente: el tránsito de la cantidad a la calidad como salto cualitativo se produce tras la suma de muchos acontecimientos que permiten más tarde el salto cualitativo que describe la filosofía dialéctica. Estos saltos pueden ser lentos, paulatinos, graduales, históricos y producen otros fenómenos denominados procesos de desarrollo y cambio cualitativo de la acumulación de las fuerzas históricas de los pueblos. También conocida esta categoría como el tránsito de lo viejo a lo nuevo. Nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas generaciones se fueron sumando hasta producir el fenómeno social llamado independencia centroamericana.
Los principios del método de pensamiento dialéctico nos permiten  llegar a conclusiones capaces de hacernos ver lo esencial de lo superficial, la forma y el contenido de tales fenómenos, la causa y el efecto de ciertos hechos históricos, la posibilidad y la realidad como perspectivas de la acción de los hombres que luchan por una vida justa, equitativa y fundamentalmente, liberadora. Pero, sobre todo, podemos entender una categoría extraordinaria y dialéctica, el principio de la necesidad y la libertad.
El principio de la necesidad es  ineluctable, es decir, algo contra lo cual no puede lucharse.  En la historia a veces los nexos y sus relaciones concatenadas producen fenómenos que no se pueden parar. La independencia es en este caso un proceso ineluctable en América Latina. Es decir fue un hecho político que ninguna fuerza pudo parar. Así como la independencia es ineluctable, así también la muerte del capitalismo es imposible de detenerla.
La libertad es también ineluctable,  es imposible de atajarla, interrumpirla o paralizarla. Los países dependientes hoy mañana será independientes, los hoy esclavos mañana será libres, los hoy reprimidos mañana serán reconocidos por su lucha. Nada puede detener el ritmo de la historia, el ritmo de la justicia social, el ritmo de la libertad incondicional, equitativa y justa. La necesidad histórica la marcan los pueblos en lucha permanente y sistemática para alcanzar la libertad. La libertad es consecuencia histórica de hechos concatenados unos y otros, grandes y pequeños, hasta producir una nueva realidad política.
El ascenso de Evo Morales al poder político de Bolivia es fruto de la necesidad y la libertad, el ascenso de Fidel Castro a la conducción de la revolución cubana es una necesidad y una libertad. Morazán constituye el ejemplo de la necesidad histórica para liberar a Centroamérica de las garras de la oligarquía criolla. Su muerte sólo representa un intento por detener lo que vendrá: la gran revolución nacional y centroamericana. Los procesos podrán ser lentos y hasta parecer estancados, pero, van caminando hacia el sendero propicio que marca la necesidad histórica.
La nueva independencia es una necesidad y una aproximación hacia la libertad como totalidad de las sociedades trascendentes en su lucha por la conquista de una nueva calidad de vida, una nueva visión del mundo donde el ser humano, finalmente,  rescate su esencia y  su destino.
La juventud está obligada en este caso a presentar en sus visiones de pensamiento y acción una estructura dialéctica que se haga acreedora del concepto referente a la necesidad de  creer en la juventud como una generación posterior que posea más virtudes, menos defectos que los presentados por nuestra generación  a la cual pertenecimos aquellos que ahora entregamos una estafeta de pensamiento y conciencia social.
La dialéctica nos muestra con claridad el decurso de los hechos y por ende el sentido de la historia, sobre ese sentido habrá que actuar hoy y mañana.

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