viernes, 22 de enero de 2010

Derechos humanos deuda pendiente

Editorial Diario Tiempo, 22 de enero de 2010

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha publicado su informe “Honduras: Derechos Humanos y Golpe de Estado”, como resultado de la investigación oficial, sobre el terreno, de un selecto equipo de especialistas realizada del 17 al 21 de agosto del año pasado.

Este informe —y sus notables conclusiones— es, sin duda, el documento más importante sobre las violaciones a los derechos humanos en nuestro país en la primera etapa del golpe de Estado militar, del 28 de junio hasta el 21 de agosto del 2009, situación que ha continuado, por momentos acrecentada, hasta el presente mes.

De las conclusiones de este documento entresacamos dos, que reflejan la magnitud del atentado a las libertades individuales en Honduras durante ese nefasto período y la impunidad garantizada por las autoridades judiciales:

“Durante su visita, la CIDH pudo constatar que en Honduras, a partir del golpe de Estado, se han producido graves violaciones a los derechos humanos de sus habitantes, incluyendo muertos, declaración arbitraria del estado de excepción, represión de manifestaciones públicas a través de un uso desproporcionado de la fuerza, criminalización de la protesta social, detenciones arbitrarias de miles de personas, tratos crueles, inhumanos y degradantes y malas condiciones de detención, la militarización del territorio, aumento de las situaciones de discriminación racial, violaciones a los derechos de las mujeres, serias restricciones arbitrarias al derecho a la libertad de expresión y graves vulneraciones a los derechos políticos. La CIDH también comprobó la ineficacia de los recursos judiciales para proteger los derechos humanos”.

“En base a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por el Estado hondureño en 1977, el Estado tiene la obligación internacional de prevenir las violaciones a los derechos humanos, y en caso de que ocurran, investigar, juzgar y sancionar a los responsables. No obstante, las autoridades de facto y la Corte Suprema de Justicia de ese país niegan sistemáticamente la existencia de esas violaciones, circunstancia que se traduce en una situación de inactividad y tolerancia que facilita la repetición de estos hechos de manera impune”.

Efectivamente, en el siguiente período de facto del 21 de agosto hasta el presente, las violaciones a los derechos humanos en Honduras aumentaron en número y en intensidad, lo cual ha venido siendo registrado meticulosamente por los organismos de derechos humanos responsables y personas entregadas a esta noble tarea, con el propósito de que se haga justicia temprano o tarde, pero que nada de esto quede en la impunidad.

El presidente electo, Porfirio Lobo Sosa, se ha comprometido ante la comunidad internacional “a encabezar un gobierno respetuoso de los derechos humanos, donde habrá un pleno disfrute de las libertades públicas y, por consiguiente, ningún hondureño se verá perseguido por sus convicciones políticas, creencias religiosas o de otro tipo”.

Sin embargo, está esa deuda pendiente de la justicia sobre lo acontecido durante el régimen de facto, que al parecer se pretende eludir con una amnistía general, pero que, dado el caso, será objeto de un tratamiento judicial en la Corte Penal Internacional.

Fuente: tiempo.hn - Vos el soberano

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EL GOLPE DE LAS BOMBAS

Por Mary L. Vallecillo MSc.*

Cuando el ex candidato liberal Elvin Santos salía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en agosto pasado, los estudiantes que protestaban en las afueras de la sala donde él se encontraba mostraban el descontento con su presencia y lanzaron agua a su paso, ante la agresión de su guardia personal, los estudiantes manifestaban: “Se trataba de agua limpia, no la sustancia nociva y pestilente que nos lanzan la policía, cuando salimos a las calles a manifestar nuestras opiniones, contrarias al golpe de estado y a los planteamientos del gobierno”.

Lo que los estudiantes de la UNAH y el pueblo no sabían, era que las últimas investigaciones científicas les dan la razón, respecto al daño que producen en los seres humanos la inhalación de gases tóxicos que provienen de las bombas lacrimógenas.
Sin embargo, quienes usan estas armas contra la población civil hacen caso omiso de las advertencias de los científicos que han llamado a suspender la compra de estos y en el peor de los casos reemplazarlos por otros.
El científico de la Universidad de Chile y toxicólogo ambiental, doctor Andrei Tchernitchin, formuló una grave acusación, al semanario “El Siglo”: “Los elementos con que se fabrican las bombas lacrimógenas son abortivos. Además de producir graves daños a la salud, inciden negativamente en los aparatos reproductivos masculino y femenino.”

Las materias prohibidas son, en primer lugar, el Ortoclorobencilidenmalononitrilo (ClC6H4CHCCN) y se conoce como CS; acetofenona, (CN)2) y Gas Pimienta.
Este primer producto (CS), de nombre tan complicado, tiene el inconveniente de que si se incendia, como generalmente ocurre, se desprende ácido cianhídrico, vale decir, cianuro de hidrógeno.

Éste es un producto altamente venenoso, incoloro, y una concentración de 300 partes por millón es capaz de matar a un hombre en cosas de minutos. La cantidad de este componente utilizado en las bombas que son explotadas en contra de manifestantes es mucho más baja que esa proporción, según las autoridades, pero eso sí, recordemos que está comprobado científicamente que su constante inhalación provoca daños nefastos a la salud, lo que no se dice y se oculta a la población.

Las pruebas toxicológicas demostraron que los animales que mueren después de la exposición al CS presentan recuentos mayores de células caliciformes en las vías respiratorias y la conjuntiva (la membrana mucosa de los ojos, que recubre los párpados y parte del globo ocular), necrosis (muerte celular) en las vías respiratorias y gastrointestinales, edema pulmonar (pulmones llenos de líquido) y hemorragia en las glándulas suprarrenales.

La muerte ocurre como resultado de la poca transferencia de oxígeno a la circulación sanguínea, que a su vez es un resultado del edema, la hemorragia, y la obstrucción de las vías respiratorias en los pulmones.
Otro de los componentes de estas bombas lacrimógenas es Cloroacetofenona, ((CN)2) esta sustancia que irrita los ojos, la piel y el tracto respiratorio. La inhalación de este vapor genera edema pulmonar, los efectos no aparecen en forma inmediata. Si la exposición es reiterada produce dermatitis. Si este producto se disuelve a temperatura ambiental o 20 grados centígrados puede alcanzar una concentración nociva. (En nuestras ciudades la temperatura sobrepasa los 20 grados Celcius)
El gas pimienta, hecho con pimientos de chile (ají picante) mezclado con un vehículo de aceite de maíz es un agente inflamatorio muy poderoso que produce inflamación de ojos, nariz y boca.
Todos estos componentes son sustancias químicas, orgánicas altamente tóxicas y son muy irritantes en las mucosas húmedas. Al ingresar al organismo pueden llegar a edema pulmonar como ya se ha dicho y como si todo lo anterior fuera poco, se ha descubierto recientemente que producen ABORTO.

Las bombas lacrimógenas y su inhalación producen la perdida de gránulos de algunas células que se encuentran en la sangre, células que tienen que ver con la inmunidad, procesos alérgicos e hipersensibilidad, incluyendo los procesos reproductivos femeninos y masculinos.

Cualquier mujer puede perder a su hijo en gestación, si se expone a estas sustancias. El problema fundamental es que si no se expone directamente, las corrientes de aire transportan estas sustancias y solo tras varios kilómetros sus efectos nocivos disminuyen, sin desaparecer por completo.

Normalmente, se acusa a los manifestantes de violencia y vandalismo, pero el uso indiscriminado de estas sustancias, por parte de la Policía, no sólo afectan a los participantes de las protestas, sino también a los transeúntes e, incluso, a los residentes de las zonas aledañas, y constituyen una forma aún más explícita de violencia.
La Secretaría de Salud, la Secretaría del Ambiente o el Centro de Control de Contaminantes, debieran ser quienes analizan y autorizan los componentes con que se fabrican estas armas, pero hasta donde se tiene conocimiento, ellos jamás han emitido el resultado de alguna consulta al respecto. Yo pregunto ¿Dónde están los estudios de toxicidad crónica y de efectos diferidos para autorizar compuestos que no sólo afecta a manifestantes, sino también a la gente que vive en el sector, a los transeúntes y puede haber muchos efectos neuroconductuales en las propias secuelas que quedan y que no han sido investigadas?
En otros países se recomienda la oleorresina, compuesto de una planta que produce la liberación de una hormona que afectan las terminaciones nerviosas. Los efectos son irritantes, pero también producen otros que son sistémicos y por lo tanto también tiene riesgos pero totalmente diferentes.

El doctor Tchernitchin de la Universidad de Chile dice que” si hay que disolver manifestaciones que por lo menos se use agua, con algún tinte o colorante, pero no estos venenos que están matando lentamente a la población” . Los productos que componen las bombas lacrimógenas son altamente venenosos, inclusive la oleorresina que produce una reacción emocional muy fuerte. Esto puede significar que una personalidad limítrofe o una personalidad agresiva o que está en el límite, pueda verse sensibilizada por este compuesto y producir una reacción agresiva muy importante con consecuencias sobre otras personas”.

En relación a la Contaminación ambiental……

Este problema se da en un contexto que ya es grave, debido a la alta contaminación ambiental en nuestras ciudades, especialmente Tegucigalpa y San Pedro Sula. De hecho estos productos afectan de por sí al medio ambiente, a la salud y por eso la autoridad debe demostrar abiertamente a nuestra sociedad cuáles son los efectos ambientales y para la salud humana que estas bombas alcanzan.

En los últimos meses nuestras principales ciudades han vivido dramáticas estadísticas de altos niveles de contaminación. El propio Ministerio de Salud reconoció el incremento en las afecciones respiratorias que se atienden en las Instituciones de Salud del país por contaminación y que se agrava con los frentes fríos propios de la temporada
Si bien es cierto que este problema responde a la condición geográfica, también responde a las bajas políticas establecidas a nivel nacional para mantener un estado medioambiental acorde con lo que la gente necesita, particularmente porque los niveles de estas normas son muy bajos en términos de exigencias.

Si se compara con los estándares que exige la OMS, Honduras está por muy debajo de esas normas. Es más, uno de los elementos que generan más problemas a la salud humana, como lo es el material particulado de bajo diámetro, es decir el pm 2,5 en Honduras no está normado. No se establecen medidas concretas para combatir la contaminación, restringiendo ya sea la locomoción o industrias contaminantes

Creemos que es un avance tener un Ministerio de Recursos Naturales y del Ambiente que vigile su accionar, pero nos preguntamos ¿A qué políticas va a responder éste ministerio? Si son las políticas que ya están establecidas, esto no va a cambiar mucho. Quizá el mayor problema que tiene el sistema de evaluación medioambiental hondureño es que sólo resuelve los problemas ambientales políticamente y, en muchas ocasiones, no existe de parte de quienes componen estas instituciones la capacidad para evaluar proyectos ni su real impacto ambiental.

Honduras vive momentos dramáticos, ya no es sólo Tegucigalpa la ciudad más contaminada del país, sino también otras regiones. Igual que otras ciudades del país, sus habitantes sufren la contaminación ambiental y de sus aguas, las grandes empresas contaminan ríos y otras consecuencias le sobrevienen a ello.

PREVENCIÓN

El uso máscaras de gas, solo los actuales diseños policiales o militares, es el método de prevención más eficaz. Las mascarillas y los cobertores ofrecen poca protección. Pero la población puede seguir estas indicaciones:

1. Use mascarillas de ojos o lentes de natación.
2. Prepare un neutralizador (agua potable con 5% de bicarbonato de sodio o mitad antiácido en suspensión y mitad agua).
3. Otro método, aunque menos efectivo, para prevenir los síntomas es reunir varios pañuelos o trapos, empaparlos en vinagre de cocina (ÁCIDO ACÉTICO) y colocarlos dentro de una bolsa de plástico. Si le llegan a disparar una bomba lacrimógena, colóquese el pañuelo sobre la nariz y respire a través de ella. No se preocupe por sus ojos, ya que gracias al flujo natural de lágrimas los residuos químicos serán eliminados de manera espontánea.
4. Evite asistir a marchas y concentraciones con lentes de contacto ya que prolongan el tiempo de acción de los gases lacrimógenos y aumentan el riesgo de ulceración de cornea.

5. Muy importante es no tocarse los ojos ni la piel y respirar siempre a través del pañuelo con vinagre o agua

6. Si es asmático avísele a sus compañeros o personas alrededor en caso de riesgo, de tal manera que ellos sepan cómo ayudarle en caso de inhalación, darle su medicación o llevarlo al centro médico más cercano.
7. Mantenga la calma, respire normalmente y evite tomar “bocanadas” de aire. Camine con cuidado, mirando siempre a su alrededor. En caso de no ver utilice los brazos como guía. Nunca corra ciego pues corre el peligro de caerse o accidentarse.
8. Si se encuentra en un espacio cerrado salga de inmediato o abra las puertas y ventanas para ventilar el área.

9. Diríjase en contra del viento del lugar de la explosión y retírese del área de la granada o envase de Gases Lacrimógenos lo más rápido posible, siempre evitando estar frente al agresor.
10. Manténgase en contra del viento lo más que pueda para dispersar rápidamente el gas.

11. Si tiene abundante lagrimeo no lo interrumpa ya que ayuda a eliminar los químicos (no se toque o frote los ojos recuerde que las manos están también impregnadas de tóxico). Sonarse la nariz, evite tragar y escupa si siente mal sabor y molestia en la boca o garganta.

13. Enjuague abundantemente el área afectada con los neutralizantes o agua SIN FROTAR. El frotar puede diseminar los químicos alrededor y dentro de los poros.

14. Tan pronto pueda dese una ducha con agua fría por 3 a 5 minutos y luego continúe con un baño rutinario con jabón. Evite el agua caliente ya que abre los poros y permite el paso del gas a su organismo y los baños de tina porque lo redistribuyen. En caso de una contaminación muy severa use el neutralizante como se indicó anteriormente.

15. La ropa debe ser colocada al aire libre expuesta al viento para dispersar los últimos remanentes del gas. Luego, las prendas deben ser lavadas por separadas del resto de la ropa, primero con agua fría y luego de manera habitual. Una vez realizado este procedimiento podrán ser vestidas normalmente.

16. Los gases CS son solubles en grasas (liposolubles) por lo tanto nunca cubra su piel con gelatina de petróleo (vaselina) o substancias similares para protección. Una vez contaminado con los Gases Lacrimógenos no trate el área con ninguna crema, gel o ungüento a menos que sea un experto en la materia.

TRATAMIENTO

1. En los casos de intoxicación leve, es decir, poco tiempo de exposición y en lugares abiertos el manejo es conservador, comenzando con aireación del ambiente donde se encuentre la persona afectada y retirar la ropa contaminada en bolsas plásticas. La piel debe ser lavada, aunque el contacto con agua puede empeorar los síntomas tegumentarios, una solución ligera alcalina (Agua con un poco de leche de Magnesia) como la neutralizante ha sido recomendada para aliviar la descontaminación de CS. En caso de los ojos si persisten los síntomas después de un enjuague abundante se puede usar un anestésico ocular y un parche. En caso de dermatitis de contacto se recomiendan esteroides tópicos y antipruriginosos.

2. En los casos de intoxicación intensa al gas por inhalación o ingestión, como puede ocurrir en lugares cerrados o muy próximos a la explosión de una granada o envase de Gas Lacrimógeno, el tratamiento debe ser muy cuidadoso. Si la persona presenta signos y/o síntomas agudos se debe dejar en observación hospitalaria indicándole oxígeno húmedo con máscara, broncodilatadores y en casos muy graves ventilación asistida.

3. Las personas con antecedentes de enfermedades respiratorias alérgicas, asma o enfisema deben ser observadas cuidadosamente por exacerbación de su condición.

En conclusión:…..
• Todos los gases lacrimógenos enceguecen, no solamente por la nube de humo que producen al explotar, sino por sus efectos sobre algunas membranas y órganos del ser humano. Atacan los ojos, el sistema nervioso central, la piel y las vías respiratorias, y por ser solventes (algunos de ellos, hidrocarburos), tienen la característica de que al ser inhalados traspasan la barrera hematoencefálica (barrera entre los vasos sanguíneos y el encéfalo); al hacerlo, causan el mismo efecto de las drogas: Por eso, también producen cefalea (dolor de cabeza), sudoración y náuseas.
• La detonación de una bomba lacrimógena puede generar una nube de entre seis y nueve metros de diámetro; pero en lugares cerrados el humo no se dispersa, los gases duran más tiempo y el peligro es mucho mayor.

• Los efectos después de la inhalación del químico pueden, incluso, ser permanentes, pero dependen de la cantidad de gas aspirado, del lugar donde ocurrió la explosión y de la salud de la persona. Quienes están completamente sanos, se pueden recuperar rápidamente, sin embargo, los mayores problemas se presentan en asmáticos, en fumadores, en personas con bronquitis, con enfisema y con insuficiencia cardiaca. En ellos, las reacciones son más agudas; se pueden descompensar rápidamente y el efecto dura más, indica. Incluso, la muerte es una posibilidad.

• En la medida en que la persona esté más expuesta a la acción de los gases, las consecuencias son peores: irritación de la piel, quemaduras en la córnea, trastornos del sistema nervioso, taquicardia, aumento de la tensión arterial, convulsiones y paro respiratorio.

• Muy a pesar de constituir prácticamente parte “habitual” las frecuentes acciones de calle que terminan en una confrontación con las autoridades represivas del estado, también, del número de víctimas que padecen sus efectos nocivos, el gran número de afectados que requieren asistencia médica y de la no despreciable cuantía de hospitalizados a consecuencia del mal uso y abuso de estas armas químicas, inclusive, se han informado muertes relacionadas con el uso de los gases lacrimógenos: la gente todavía desconoce cómo actuar.

Debido a que la falta de información toxicológica disponible es deficiente en cuanto a dar a conocer los potenciales daños pulmonares, carcinogénicos, reproductivos y genéticos de largo plazo es que muchos países han tratado de incluir estas armas entre las prohibidas por el Protocolo de Ginebra, sin embargo, los proponentes de estas armas químicas refieren que, usadas correctamente, sus efectos nocivos son transitorios y no dejan secuelas. El uso de los gases lacrimógenos en los sucesos recientes claramente demuestran que la exposición a esta arma química es difícil de controlar y es indiscriminada, es decir, no solo afecta a los manifestantes que se intentan dispersar o controlar sino también al resto de la población que se encuentre en los alrededores como pasantes u observadores.

• Se ha comprobado que estos dos productos, de procedencia israelí y estadounidense, provocan daños irreversibles a la salud humana y lo más increíble, se siguen importando desde aquellos países

Aporte de: Mary L. Vallecillo. MSc.*
* Profesora Titular en la Cátedra de Bioquímica para Medicina
Escuela Universitaria en Ciencias de la Salud
Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula.(UNAH-VS)

Fuente: Habla Honduras

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El original y la copia



Para la Concertación el triunfo de la derecha (en realidad, de su variante más virulenta: la pinochetista) en las elecciones presidenciales chilenas podría considerarse como un ejemplo más de una “crónica de una muerte anunciada.” La progresiva asimilación del legado ideológico de la dictadura militar por los principales cuadros de la alianza democristiana-socialista hizo que la diferenciación entre la Concertación y los herederos políticos del régimen militar: Renovación Nacional (su ala “moderada”, si es que un “pinochetismo moderado” puede ser otra cosa que un oxímoron) y la Unión Demócrata Independiente, sus batallones más cavernícolas, fuera desvaneciéndose hasta tornarse imperceptibles para el electorado. Fernando Henrique Cardoso -mejor sociólogo que presidente- gustaba repetir a sus alumnos que “a la larga, los pueblos siempre van a preferir el original a la copia.” Y tenía razón. En este caso, el original era el pinochetismo y su heredero: Sebastián Piñera; la Concertación y su inverosímil candidato, la copia.

¿Constituye esto una injusta exageración? Para nada. Oigamos lo que decía Alejandro Foxley, quien entre 1990 y 1994 se desempeñó como Ministro de Hacienda del gobierno de Patricio Aylwin, ni bien inaugurada la “transición democrática”. En ese cargo Foxley se esmeró en preservar y profundizar el rumbo económico impreso por la dictadura. Senador por la Democracia Cristiana entre 1998 y 2006 y Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Michelle Bachelet entre el 2006 y el 2009, toda su actuación pública estuvo marcada por una incondicional sumisión a las orientaciones establecidas por Washington y sus representantes locales en Chile.

Este altísimo personero de la Concertación declaraba en Mayo de 2000 que “Pinochet realizó una transformación, sobre todo en la economía chilena, la más importante que ha habido en este siglo. Tuvo el mérito de anticiparse al proceso de globalización... Hay que reconocer su capacidad visionaria (para) abrir la economía al mundo, descentralizar, desregular, etc. Es una contribución histórica que va perdurar por muchas décadas en Chile... Además, ha pasado el test de lo que significa hacer historia, pues terminó cambiando el modo de vida de todos los chilenos para bien, no para mal. Eso es lo que yo creo, y eso sitúa a Pinochet en la historia de Chile en un alto lugar” [1]. ¡Pinochet visionario, Pinochet creador del Chile moderno, Pinochet cambiando a Chile, para bien! Los horrores del pinochetismo con su secuela de miles de muertos, desaparecidos, torturados, asesinados, las libertades conculcadas, el terrorismo de Estado y la violación sistemática de los derechos humanos: todo es mañosamente invisibilizado en la sofistería del tecnócrata “progresista”.

Con dirigencias que sostenían un discurso como éste (que muchos compartían si bien pocos se atrevían a manifestar con tanto descaro) y con políticos que, en muchos casos, fueron abiertamente golpistas y facilitadores del zarpazo que perpetraría Pinochet en 1973 (cosa que algunos parecen haber olvidado), ¿podía la Concertación ser creíble como una alternativa superadora del pinochetismo? En realidad, lo que habría que encontrar es la razón por la cual la ciudadanía chilena no se decidió mucho antes a sustituir la copia por el original.

Pero la continuidad entre el pinochetismo y sus sucesores “democráticos” no se verifica sólo en la admiración, abierta o vergonzante, por la obra y el legado histórico de Pinochet. También se demuestra en las políticas económicas “pro mercado” y “pro inversión” (y, por lo tanto, “antijusticia y antiequidad”) implementadas por la Concertación a lo largo de dos décadas y en el supersticioso respeto por la Constitución de 1980, una obra maestra del autoritarismo y formidable barrera contra cualquier pretensión seria de democratizar la vida política chilena. En sus treinta años de vida ese cuerpo constitucional sólo experimentó reformas marginales, la más importante de las cuales fue la reducción del mandato presidencial a cuatro años y la imposibilidad de una inmediata reelección. Pero la camisa de fuerza que esclerotizó un sistema partidario que en las elecciones del pasado domingo terminó de morir, el régimen binominal, permaneció incólume al igual que las escandalosas prerrogativas de unas fuerzas armadas que, aún hoy, distan mucho de estar supeditadas al poder civil [2]. Esa Constitución hace que Chile incurra en un exorbitante gasto militar, varias veces superior, por ejemplo, al de Venezuela, cuya cuantía desvela los sueños de la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Con el triunfo de Piñera el sistema partidario urdido por el régimen pinochetista fue herido de muerte. La implosión de la Concertación parece ser su destino inexorable, y con ello el fin de su espurio bipartidismo. Una parte importante de la democracia cristiana se acercará al nuevo gobierno mientras que otro sector procurará encontrar un difícil y poco promisorio camino propio. No muy diferentes son las perspectivas que enfrenta el socialismo chileno, escindido entre un sector mayoritario que se adhirió sin reservas al neoliberalismo y otro, muy minoritario, que aún conserva una cierta fidelidad al noble legado de Salvador Allende, que debe de estar revolcándose en su tumba al ver lo que hicieron sus supuestos herederos políticos. El futuro del PS no parece muy distinto del que tuvo en su momento el Partido Radical chileno, poderoso en los años treinta y cuarenta para luego languidecer hasta su completa irrelevancia. Veinte años de gobiernos “progresistas” no fueron suficientes para consolidar un bloque histórico alternativo, pero lograron unificar a una derecha que ahora se enseñorea de la vida política del país, completando exitosamente un tránsito desde el predominio económico-financiero -fomentado por las políticas económicas de sus predecesores en La Moneda- hacia la preeminencia política.

La supremacía derechista se verá facilitada por la descomposición del polo del “centro izquierda” y su atomización en varios partidos, ninguno de los cuales, al menos hoy, tendría condiciones de desafiar la hegemonía de la derecha. Queda por ver de qué forma reaccionará el heterogéneo espacio político que se encolumnó tras la candidatura de Marco Enríquez Ominami, cuyo desempeño en la primera vuelta electoral barrió con todos los pronósticos alcanzando un notable 21 por ciento de los votos, principalmente de los jóvenes. Un dato nada menor que habla con elocuencia de la frustración ciudadana es el desinterés por la política de los jóvenes: se calcula que unos tres millones y medio de ellos no se registraron para votar, desalentados por la despolitización que la Concertación promovía en la gestión de los asuntos públicos. De haberlo hecho, los resultados del pasado domingo bien podrían haber sido diferentes, pero esto ya es un ejercicio contrafactual que no viene al caso proseguir aquí. A guisa de ejemplo: en el rico distrito de Las Condes se registró para votar algo más del cincuenta por ciento de los jóvenes entre 18 y 19 años. En cambio, en la comuna obrera de La Pintana sólo 300 de los más de 8.000 jóvenes que allí viven hicieron lo propio, es decir, poco más del 3 por ciento. En resumen: Chile tiene un electorado envejecido, cada vez más conservador, con pocos jóvenes que, además, sobrerepresentan a los sectores más acomodados de la sociedad chilena [3].

La derrota de la Concertación pone de manifiesto los límites del llamado “progresismo”, una suerte de tercera vía que habiendo fracasado estruendosamente en Europa –sobre todo en el Reino Unido y Alemania- procuró, sin éxito, tener mejor suerte en América Latina. Lo que caracteriza a los gobiernos de ese signo político es su incondicional sometimiento a las fuerzas del mercado y la debilidad de su vocación reformista, carente de la osadía necesaria para traspasar las fronteras trazadas por el capitalismo neoliberal. Una de las claves para entender las desventuras electorales del centro izquierda en esta parte del mundo la ofrece la dispar fortuna que la separa de los gobiernos que emprendieron con decisión el camino de las reformas -sociales, económicas e institucionales- como Venezuela, Bolivia y Ecuador. Mientras que éstos parecen ser máquinas imparables de ganar elecciones por cifras abrumadoras, en Chile el progresismo ha sido derrotado al paso que en la Argentina y Brasil se enfrenta a la eventualidad de ser desalojado del poder en los próximos recambios presidenciales. Conclusión: si un gobierno quiere ser ratificado en las urnas el camino más seguro es avanzar sin dilaciones ni titubeos por el camino de las reformas y, de ese modo, cristalizar una base social de apoyo popular que le permita triunfar en las contiendas electorales. Quienes no estén dispuestos a seguir este curso de acción pavimentan con su claudicación el camino para la restauración de la derecha.

Una última consideración: la derrota de la Concertación gravitará y mucho en el escenario sudamericano. Las cosas se pondrán más difíciles para los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba; la ampliación del MERCOSUR con la plena incorporación de Venezuela sufrirá renovados tropiezos, si bien no de manera directa puesto que Chile no es miembro pleno de ese acuerdo; y con el triunfo de Piñera el bloque derechista controla, con la honrosa excepción del Ecuador, todo el flanco del Pacífico latinoamericano. Además, el “efecto demostración” del desenlace electoral chileno podría llegar a ejercer un cierto (y negativo) influjo sobre las elecciones presidenciales de octubre de 2010 en Brasil y las que tendrán lugar el año siguiente en Argentina, en ambos casos dando pábulos a los candidatos de la derecha.

Por otra parte, la belicista contraofensiva imperial de Estados Unidos (Cuarta Flota, bases militares en Colombia, golpe en Honduras, reconocimiento de las fraudulentas elecciones de ese país, etcétera) contará a partir de marzo con un nuevo aliado, liberado de cualquier compromiso, aunque sea retórico, con el proyecto emancipatorio latinoamericano. Hay que recordar que aún bajo los gobiernos “progres” de la Concertación el papel que éstos desempeñaron fue siempre el de un operador privilegiado de Washington en América del Sur . En la Cumbre de Mar del Plata que culminó con el naufragio del ALCA las voces cantantes a favor de ese acuerdo fueron las de Ricardo Lagos y Vicente Fox, bajo la complacida mirada de George W. Bush. Ahora esa tendencia “aislacionista” -y, en el fondo, antilatinoamericana- se acentuará aún más, revirtiendo una profunda vocación latinoamericana que Chile supo tener y que bajo la presidencia de Salvador Allende llegó a su apogeo. Pero ese país ha cambiado, “para bien” como lo recordaba el ex Canciller de la Concertación y hoy es el verdadero campeón del neoliberalismo, título ganado entre otras cosas mediante la firma de tratados bilaterales de libre comercio que regulan sus relaciones económicas con más de 70 países.

Desde la época de la dictadura militar el desdén de La Moneda por América Latina ha sido proverbial y continúa hasta el día de hoy. Una muestra rotunda de este desinterés la brinda el hecho de que Chile prefiere importar petróleo desde Nigeria antes que hacerlo desde Venezuela o llegar a un acuerdo con Bolivia. Hace apenas un par de días Sebastián Edwards, uno de los publicistas del neoliberalismo latinoamericano y seguramente futuro consultor del nuevo gobierno, ratificaba la vigencia de la doctrina pinochetista diciendo que “económicamente nuestro futuro está en el mundo y no en América Latina. Debemos dejar de compararnos con nuestros vecinos. América Latina es nuestra geografía; nuestras aspiraciones deben ser llegar a ser como los países de la OCDE” [4]. Por eso los necesarios procesos de integración supranacional actualmente en marcha en América Latina -desde el MERCOSUR hasta la UNASUR, pasando por el Banco del Sur y otras iniciativas semejantes que el imperio invariablemente se ha esmerado en postergar o desbaratar- no habrán de cobrar nuevos bríos con Piñera instalado en La Moneda.

Con Frei las cosas no hubieran sido muy diferentes, pero al menos éste tenía un vago compromiso con el electorado que en el caso de su contendiente no existe. Lo que hay detrás de Piñera, en cambio, es la rabiosa gritería de sus partidarios celebrando la victoria de su candidato con imágenes y bustos de Pinochet y cánticos exhortando a acabar de una buena vez con los “comunistas” infiltrados en el gobierno de la Concertación. Nada nuevo bajo el sol. La década no podía haber comenzado peor. Más que nunca en tiempos como estos adquiere vigencia, para quienes quieren cambiar un mundo que se ha vuelto insoportable y no solo insostenible, aquel sabio consejo de Gramsci: “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”.



[1] Cf. Cosas, 5 de Mayo del 2000. Reproducido en Marcos Roitman Rosenmann, Pensar América Latina. El Desarrollo de la sociología latinoamericana (Buenos Aires : CLACSO, 2008)

[2] Sobre el carácter eternamente inconcluso de las transiciones democráticas en América Latina remitimos al lector a nuestro Aristóteles en Macondo. Notas sobre el fetichismo democrático en América Latina (Córdoba: Ediciones Espartaco, 2009)

[3] Ver El espejismo del voto voluntario”, que Qué pasa?, http://www.quepasa.cl/articulo/19_1944_9_2.html

En ese mismo reporte se consigna que “los investigadores chilenos Alejandro Corvalán y Paulo Cox concluyen que la proporción de jóvenes chilenos del quintil más pobre, entre 18 y 19 años, que se inscribe en los registros electorales, es la mitad de la que lo hace en el quintil más rico.”

[4] Cf. El Mercurio, Martes 19 de Enero de 2010, p. B-14.

Fuente: www.rebelion.org

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Honduras. La partida de Micheletti; el acuerdo de Lobo Sosa y la lucha de la Resistencia

Ricardo Salgado

A propósito de la anunciada salida del señor Roberto Micheletti de la presidencia de facto, que consiguió a costa de mucho dolor y sufrimiento del pueblo hondureño, es importante que los miembros de la resistencia no olviden que el Golpe de Estado es una acción colectiva de la oligarquía dominante contra el pueblo; que Micheletti aproveche las cámaras para gritar las mismas mentiras que ha estado repitiendo durante 7 meses es mas bien irrelevante, el solo es el peón.

Las estructuras represivas, los funcionarios corruptos, los magistrados cómplices de los crímenes de lesa humanidad; el fiscal sirviente de los intereses mas oscuros en el país; la abyecta procuradora; los asesinos, violadores, ladrones de verde olivo y la policía, siguen intactos, desde la cabeza hasta los pies. De ninguna manera es razonable asumir que algo está cambiando.

El mismo congreso, diputados mas diputados menos, se dispone a asumir cuatro años mas de desgobierno. Recordemos que los diputados que llegaron a este nuevo congreso que no votaron a favor de la monstruosidad del 28 de junio, con honrosas excepciones, están en sus posiciones por haber apoyado el proceso que delinearon los golpistas.

El acuerdo que trajo Porfirio Lobo Sosa, convenientemente, expresa los puntos de vista que representan su voluntad no la del estado de Honduras; afirma que una vez que el sea presidente emitirá un salvoconducto para el presidente Zelaya, su familia y su circulo intimo. No menciona la desmovilización del aparato represivo montado por la oligarquía con militares, policías y paramilitares.

El acuerdo es respaldado por los ex candidatos golpistas y Cesar Ham, quien parece haber decidido darle una tregua al nuevo gobierno; los demás son los mismos que apoyaron decididamente el golpe; hicieron lobby por el golpe; buscaron fondos y reconocimiento para el golpe; siguen siendo golpistas. Hablan de reconciliación después de todas las atrocidades cometidas.

Si vemos este acuerdo con detenimiento, el mismo busca, con una movida mas de damero que de ajedrez, mostrarle al mundo una cara conciliadora, respetuosa de los acuerdos violados por ellos mismos, por acción o por omisión, en muchas ocasiones. Muchos pretenden hoy “borrar” de nuestra memoria hechos que nos implantaron a fuerza de garrotazos, balazos y gases en nuestra mente.

Los “testigos de honor” firman sabiendo que las arcas del estado están destrozadas; sabiendo que ellos no van a participar de los pingues negocios que la oligarquía y las transnacionales lograron como resultado del golpe. La parte del pastel que les toca a ellos, está deprimida. Elvin Santos, por ejemplo, se dedica a la construcción, carreteras, esas no las paga la oligarquía, se construyen con la caridad internacional; Ricardo Álvarez, alcalde de Tegucigalpa y golpista cuasi confeso, no va a hacer ningún proyecto energético, su negocio esta en la movida, la coima, y eso solo se consigue de la ayuda internacional.

Este paquete de gente del acuerdo necesita garantizar que estar en el gobierno sea un buen negocio; por eso juegan a ser generosos con Manuel Zelaya Rosales; el mismo al que defenestraron y vilipendiaron sin ningún empacho durante meses; el mismo que han encarcelado por meses en una embajada sitiada por incontables militares.

Que el presidente Zelaya acepte salir por la vía propuesta luce razonable. Su encierro seguramente le ha ayudado a crecer de muchas formas. Ha demostrado un gran aplomo en momentos en que muchos creímos que los animales verde olivo entraban a la embajada para asesinarlo. Ha logrado perturbar la tranquilidad de los golpistas cuando con lucidez, coraje y sentimiento canta a través de la radio.

Pero ese “encarcelamiento” debe terminar. Es simplemente justo. El tendrá ahora que recuperar su salud, reorganizar sus argumentos y reintegrarse a lucha que el promovió. Recordemos que la misión es de todo el pueblo. Se puede vislumbrar una jornada durísima, en muchos campos; tenemos tanto que hacer que nuestra obligación fundamental es concentrarnos en cumplir, en informarnos y formarnos; en transmitir nuestras ideas a los compañeros que necesitan dirección.

La lucha en el campo de los derechos humanos es tarea de todos; ya hay muchos hondureños decentes y valientes en esta actividad. Sin embargo, la búsqueda de justicia, del fin de la represión, del respeto a los derechos fundamentales tomará mucho tiempo, y un papel central en el trabajo del pueblo hondureño en resistencia.

No cabe duda que la situación seguirá siendo complicada; por esa razón debemos integrarnos a las diversas formas de organización política que el Frente Nacional de Resistencia Popular irá marcando como el camino a seguir. DE NINGUNA MANERA DEBEMOS PERMITIRNOS DESVIARNOS DE NUESTRO OBJETIVO FUNDAMENTAL: LA REFUNDACION DE LA PATRIA.

La oligarquía sigue teniendo todas las ventajas que da el dinero: medios mercenarios, propaganda alienadora, desinformación, comida chatarra, las iglesias de todas denominaciones. Si esto no funciona, entonces, en ultima instancia, tienen a los chafas y a los chepos. Hoy menos que nunca debemos subestimar el poder del que dispone la derecha en este país.

Tampoco deberíamos caer en un excesivo optimismo sobre el nuevo gobierno. Su proyecto de desarrollo sigue siendo un apoyo del sistema neoliberal; proponiendo que se aproveche la enorme cantidad de mano de obra barata como incentivo al capital extranjero. Recordemos que es el trabajo el que produce bienestar, no el capital, y en esta propuesta de nación, se busca aumentar la masa con ingreso no la cantidad de bienestar del pueblo. Ya conocemos como funciona este modelo de empobrecimiento del que mas trabaja, no podemos esperar nada bueno de él.

Debemos estar alerta sobre las movidas de la misma oligarquía golpista, que seguramente buscará recomponerse para enfrentar la oposición de la resistencia. No hay que descartar la posibilidad de que ellos mismos terminen invocando la necesidad de una nueva constitución, y llamen a una constituyente. Esta puede ser una forma de quitar banderas de lucha al pueblo y acomodar la nueva legislación a su conveniencia.

Por ultimo, no debemos distraer nuestra atención de las cosas que ya comenzaron los golpistas, como la contratación de energía renovable mas costosa, la privatización dela ENEE, HONDUTEL y del agua. También debemos ver la agresiva campaña contra los compañeros campesinos, o la regresión de las conquistas laborales de todos los gremios, especialmente el magisterial.

No hay que perder de vista que la reconciliación de Lobo Sosa busca desmovilizarnos para concretar estas acciones que violan la soberanía popular. A ellos les interesa su Paz, no la de todos. De nosotros esperan que callemos, nada más. Es imperativo mantener la atención centrada en las cosas fundamentales. Una tregua, bajo las circunstancias actuales equivale a capitular nuestras aspiraciones. Aquí el beneficio de la duda solo puede jugar en nuestra contra.

Hay que estudiar, pensar, luchar, no podemos parar.

Al presidente Zelaya gracias por habernos ayudado a encontrar la senda de la dignidad, de la lucha como medio de buscar la libertad. Aquí tiene un lugar entre nosotros para seguir luchando. Decida o no aceptar lo que Lobo Sosa propone, estamos conscientes de la urgencia de su liberación; y apoyamos con respeto su posición.

Fuente: www.voselsoberano.com

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